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Reflexología

 

 

¿Qué es la reflexología y para qué sirve?

 

La reflexología es una práctica antigua, con más de 4.000 años de historia. Se ha utilizado para facilitar la curación natural, aliviar el dolor, reducir el estrés y la tensión, o simplemente para relajarse placenteramente. Es una técnica de punto de presión terapéutico antiguo basado en el entendimiento de que ciertas partes del cuerpo, conocidos como microsistemas, tienen en el pie y en las manos un punto reflejo que los representa. Se trata de la aplicación de presión alterna con las manos a puntos específicos en los pies o manos que puede afectar a varios órganos y partes del cuerpo.

¿Qué nos dicen las plantas de los pies de nosotros mismos?

 

Por medio de mapas y un diálogo previo con el consultante, el reflexólogo, desde la primera sesión, diseña las diferentes etapas de la terapia. Para trabajar los diferentes puntos y considerando a la persona íntegramente, esto es como la unión del cuerpo y el espíritu, sólo usará sus manos. Las sesiones duran una hora. Durante los primeros 20 minutos, el consultante describe su problemática, las emociones relacionadas con ésta y describe las razones de su consulta. Tras 40 minutos de masajes (20 para cada pie) el reflexólogo intentará especificar el grado de registro que cada persona tiene de sus experiencias con relación a su salud. La frecuencia, intensidad y duración se analiza caso por caso, siendo siempre una terapia que complementa -y nunca reemplaza- al tratamiento asignado por el médico de cabecera.

 

La “lectura” que hace el reflexólogo del pie permite contribuir a su mejoramiento físico, emocional y psicológico integral. Definidos los síntomas -estrés, constipación, ansiedad, angustia y dolores de cabeza, por ejemplo- el consultante puede descubrir que éstos son factores secundarios de malestares emocionales. Mientras el reflexólogo estimula todos los puntos del pie, el andar del consultante mejora, cambia de humor y hasta descubre en la relajación nuevas vías para enfrentar aquellas situaciones que habían causado su decaimiento físico.

or caso, siendo siempre una terapia que complementa -y nunca reemplaza- al tratamiento asignado por el médico de cabecera.

Reflexologia podal

En la planta del pie se encuentran zonas microreflejas de todos los órganos del cuerpo. Este es el método más frecuentemente utilizado y el más popular de la Reflexologia.

 

Reflexologia manual

En la palma de la mano se encuentran zonas microreflejas de todos los órganos del cuerpo. Este es el método más frecuentemente utilizado y el más popular de la Reflexologia.

El resultado de estos toques en las redes reflejas es un reseteo o reinicialización de nuestro medio interno: la circulación sanguínea, y también la comunicación nerviosa, generando desde el primer momento relajación, disminución del dolor y mejora de los síntomas presentes. De este modo se activan los mecanismos de autocuración que todo ser humano tiene para mantener la homeostasis...

Beneficios de la Reflexiología

 
  • Es relajante.

  • Reduce el estrés e induce a la relajación profunda.

  •  Mejora la circulación.

  • Permite la liberación de toxinas.

  • Equilibra el cuerpo y la mente.

  • Refuerza las defensas del organismo y contrarresta molestias físicas y emocionales.

  • Revitaliza la energía.

  • Es una técnica natural que actúa de forma preventiva.

  • Favorece un estado de equilibrio dinámico: ayuda a que cada una de sus partes del cuerpo trabaje solidariamente unas con las otras.

  • Es gratificante para quién la da y para quién la recibe.

Reflexología o terapia zonal es la práctica de estimular puntos sobre los pies, manos, nariz u orejas (llamados zonas de reflejo), generando un efecto benéfico sobre otras partes del cuerpo, y de mejora en la salud general.

 

Todas las partes del cuerpo, los músculos y la piel, están comunicadas y la información sensitiva llega a la médula espinal, que transmite la información nerviosa al cerebro. En el caso de un órgano enfermo se produce una estimulación nerviosa. Esta estimulación se transmite por la médula espinal, después circula por las fibras nerviosas anteriores y llega a la zona cutánea (refleja) produciendo una dermalgia.

En esta zona de tensión, la circulación local está alterada, lo que puede producir una acumulación de toxinas o la formación de pequeños cristales. Por lo tanto si se actúa localmente sobre el músculo o sobre la zona cutánea, haciendo desaparecer esta reacción refleja, se suprime el círculo vicioso del trastorno energético. Las zonas reflejas son de 5 a 20 veces más sensibles que los órganos mismos

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